2 x 1

sesion de fotos exterior infantil Marina de Oteo

Hoy te traigo un 2×1. Así soy yo.

Te traigo una historia detrás de la fotografía y además un making off. ¿qué te parece?

Primero te cuento cómo se me ocurrió la idea: donde veraneamos hay una playa en la que puedo llevar a mi perro a que se bañe en el mar, y yo todos los días por la mañana le llevo porque se lo pasa como nadie nadando. La playa está un poco lejos de mi casa, y al volver suelo pasar por un solar que todavía no está construido y que todavía mantiene el pinar original de esta zona. Sólo que además del pinar han crecido un montón de palmeras distintas, hierbas altas… y todas de un verde vivo maravilloso que parece que brillan cuando les da el sol.

Y claro, yo todos los días pasando por delante.

Con esa luz.

Cada día…

El primero me fijé en cómo la luz sacaba esos colores brillantes de las plantas.

El segundo me dije que eso lo tenía que aprovechar de alguna manera.

El tercero visualicé a un miembro de una tribu desconocida entre las plantas.

Y al cuarto ya no me hizo falta pasar por delante para seguir cuadrando todos los detalles.

Y ahora viene el making off.

Ya te he adelantado que había visualizado a un miembro de una tribu desconocida. La primera parte era convencer a uno de mis churumbeles que hiciera para mi de miembro de una tribu. Con una pequeña negociación sobre el tamaño del helado que nos íbamos a zampar después de la sesión y asegurarle que por ahí no iba a pasar nadie mientras estuviera vestido con toda la parafernalia… ya había conseguido modelo. ( ¿Te acuerdas que la semana pasada te contaba mis tips para compaginar afición y familia? Pues este es un ejemplo de cómo liar a uno de tus churumbeles con una de tus ideas ).

Después venía la segunda dificultad: el vestuario teniendo en cuenta que estaba de vacaciones con las 4 cosas que metes en la maleta cuando te vas de vacaciones a la playa. Pero bueno, menos mal que hay tiendas que venden pinturas de cara en casi todos los rincones. Y encontré también unas plumas muy chulas que iban perfectas. Pero me faltaba más colorido.

Aquí es cuando hice uso de otro de mis tips de los que te hablaba la semana pasada, que es: hablar con la gente. Me fui a una tienda que hay y que ya conozco a la dueña de todos los años que venimos al mismo sitio, y con toda mi buena intención le conté mi idea. Le pedí collares de colores para hacer la foto que tenía en mente y ella (si es que hay gente increíble por el mundo) me dijo que claro que si, que me dejaba lo que quisiera. Si cuando yo digo que la gente es maravillosa es por algo…

Y listo. ¡Ya tenía todo preparado!

Nos fuimos a la localización… y se obró la magia. De repente estábamos en mitad de la selva amazónica y entre las palmeras se podía distinguir a un miembro de una tribu desconocida.

Y ahora ya sabes, si quieres que yo también haga magia para ti, habla conmigo.

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