Tips de fotografía: Cómo compaginar tu afición con la familia en vacaciones
Si eres aficionado a la fotografía, este es un tema de conversación recurrente cuando se acercan las vacaciones. ¿Cómo compagino las vacaciones familiares con mi afición por la fotografía? ¿Cómo conseguir practicar con toda la familia alrededor? O te vas de viaje con toda la familia… ¿cómo conseguir hacer alguna foto sin que se pierda alguno de tus hijos en el intento????
Yo no tengo la solución a todas las situaciones, pero a lo largo de los años y con dos niños por medio (y de los que no se están quietos), algo he aprendido. Y es que cuando he leído algún artículo por ahí sobre este tema, no me sentía nada identificada, porque me hablaban de contratar viajes fotográficos (jajajaa, si me llego a ir de viaje fotográfico yo sola con mis dos tormentos en edad crítica, eso acaba en divorcio seguro), de levantarse al amanecer para llegar antes que nadie a esa localización y volver a tiempo a casa/hotel mientras el resto de la familia está desayunando… (¿estamos tontos? ¡Con lo que me cuesta madrugar! ¡No olvidemos que estoy de vacaciones!) y cosas así.
Así que mis consejos van más para ti si no quieres hacer malabarismos con los horarios y no quieres o no puedes dejar a tus vástagos al cuidado de su otro progenitor. Aquí van:
- Be water, my friend. O lo que es lo mismo: déjate llevar. Tu objetivo es descansar, pasar tiempo en familia y divertirte. Si un día no puedes hacer fotos, no pasa nada. No las hagas. Pero eso sí, llévate la cámara allá donde no corra peligro porque entonces seguro que la usas.
- No busques “el fotón”. Bueno si, búscalo, pero puede que esa foto esté en el churrete que se le queda a tu hijo en la barbilla mientras se toma el helado más grande del verano o en la paz que se refleja en su cara cuando se queda dormido en la siesta. Mira a tu alrededor y saca chispas a lo que sea accesible para ti.
- Involucra a tu familia y/o amigos. Dependiendo de las edades de tus hijos, puedes fomentar ciertas situaciones para hacer fotos. Hazles partícipes, que entren en el juego, que disfruten y se lo pasen bien y tú de mientras… a sacar fotos como si no hubiera un mañana. Y cuando se hayan cansado, no fuerces porque así volverán a querer participar la próxima vez que se lo propongas.
- Y aquí me voy a contradecir un poco con una frase de la introducción, pero… es que es así. Si hay un lugar que te apetece fotografiar mucho, mucho, mucho a tu aire, sin ningún miembro de tu familia alrededor, pacta con ellos un tiempo para ti, que para eso estamos todos de vacaciones. Y si, aquí soy consciente que puede ser muy fácil o muy difícil en función de muchos factores como la edad de tus hijos, las ganas que tenga el otro progenitor de quedarse con los churumbeles… cada familia es un mundo, pero seguro que tú sabes cómo llegar a un acuerdo.
- Aprovecha los tiempos de descanso para practicar alguna técnica nueva o que se te resista. Aunque sea sentada en una terraza fotografiando el café de después de comer y no te vayas a quedar con las fotos. Qué más da si consigues interiorizar un concepto que se resistía…
- Lee algún libro sobre fotografía o de un autor que te llame la atención. Aprender fotografía no es sólo apretar el botón. Y tiene la ventaja que un libro te lo puedes llevar donde quieras y aprovechar cualquier tiempo de descanso que tengas durante el día.
- Insisto: lleva la cámara siempre que puedas contigo. A mi creo que ya me ven junto a mi cámara como a un todo porque el único sitio al que no me la llevo es a la playa cuando me voy a bañar.
- Lleva encima sólo el equipo imprescindible. Si tienes varios objetivos, elije uno, móntalo en tu cámara y lleva sólo ese. Nada más. Y la cámara fuera de la bolsa, a mano, lista para disparar. Hace calor, el equipo es pesado y no hay cosa que impida más hacer fotos que la poca libertad de movimientos o estar agobiado por el peso y el calor.
- No tengas vergüenza: si quieres una foto de alguien que no es tu familia y/o amigos y no la puedes sacar sin que se note (en plan fotografía callejera), pídela, habla con ellos. Hay unas pocas veces que te van a decir que no, pero en la mayoría de las ocasiones la gente es muy amable y se presta a tus sugerencias. Sólo hay que ser amable y explicar tus circunstancias.
- Lo más importante de todo: disfruta y juega. Estás de vacaciones.
¿Te sientes identificada con estos consejos? ¿Te han servido para compaginar mejor tu afición con la familia? ¡Cuéntame! Estoy deseando saber tu opinión.