Viaje a la tundra
Ya te he contado muchas veces que las ideas me vienen de las maneras más insospechadas. La palanca puede venir al descubrir un nuevo lugar, al ver un objeto o simplemente dejando vagar mi mente…
Por eso, cuando planeamos una sesión creativa me gusta charlar un poco de todo y de nada para ver qué surge. Pero también puede pasar que ya estuviera rondando ahí y sólo faltaba que tú me llamaras para poder plasmarla.
Esta sesión en concreto surgió al descubrir este lugar, y es que me he dado cuenta que tengo “deformación profesional” y que cada vez que voy a un sitio nuevo lo disecciono, estudio planos y busco rincones casi sin pensarlo, y lo clasifico rápidamente entre posible ubicación para sesión en exteriores o no me sirve para mis sesiones. Curioso, ¿verdad?
Hoy no me voy a enrollar mucho más, porque creo que las fotos hablan solas. Pero en cuanto vi este sitio con esas rocas en la orilla enseguida visualicé esta historia: un niño de una tribu norteña con su perro lobo, amigos inseparables.
Cuéntame si a ti te inspira lo mismo.
Y ya sabes, si quieres que cree una historia mágica para ti, habla conmigo. Podemos viajar a la tundra.