Una cápsula del tiempo
Ya está aquí, a la vuelta de la esquina.
Después de varios meses esperando, está a punto de llegar.
Ahora sólo falta la recta final: probar el vestido o el traje, preparar los recordatorios, los detalles para los invitados, las chuches de los más pequeños… Todos esos detalles que no, no son los más importantes, pero hacen que el día en cuestión sea mucho más especial de lo que ya es.
Pero espera, me imagino que ya te habrás ocupado de los más importante, ¿no? Y es que todo esto que estás viviendo, este momento de tu peque que te recuerdo que en nada ya va a ser un adolescente, lo tienes que registrar de alguna manera, para que dentro de un año, dos o cinco no tengas que tirar de memoria.
Porque la memoria es frágil. Y sólo cuando vemos las fotos de lo que fuimos y de lo que hicimos es cuando nos damos cuenta del momento tan dulce que estábamos viviendo. Y lo podemos volver a saborear. En todo su esplendor. Y con más calma.
Y no me digas que con unas fotos del móvil es suficiente. O que con las fotos que te hagan los invitados ya tendré suficiente. No fíes la memoria de un momento tan bonito de la vida de tu peque al azar y asegúrate de tener el mejor recuerdo. Uno que quieras mirar una y otra vez.