Se ha partido los cuernos

Estamos en la recta final del curso y esto es la locura! Reuniones, talleres, clases abiertas, fiestas en el cole… Junio desde mi perspectiva de madre siempre ha sido un mes que lo he vivido en plan gynkana: a ver si soy capaz de completar la siguiente prueba y a tiempo, y cuando lo he conseguido llega la siguiente prueba y así, con la lengua fuera hasta el maravilloso día de final de curso… Que ahí empieza otra historia, pero esa te la cuento otro día.

Total, que en mitad de mi carrera siempre tengo un pensamiento para ellos: mis héroes: los profes de mis hijos. Porque yo lidio en mi casa con dos, pero ellos con una clase de veintimuchos o treintaypocos y encima les enseñan mil cosas para abonar su mente y se preocupan también de que sean buenas personas. Vamos, les hago la ola. A todos.

Y ahora llega el momento de agradecérselo. Si en tu cole es costumbre de hacer un regalo de fin de curso al profe, estarás metida en plena vorágine de elección del regalo ideal. Los grupos de whatsupp estarán que echan humo y te estarás volviendo loca pensando en qué le podéis regalar, que le haga ilusión y que recoja todo el agradecimiento que tenéis todos los padres.

Difícil

Muy difícil

Pues mira, hoy vengo a solucionarte un problema.

Te lo pongo fácil

Muy fácil

Porque si te digo que en una tarjeta regalo entra la experiencia maravillosa de ser protagonista por un día junto con unos recuerdos que perdurarán y con la ventaja de no tener que organizar nada más allá que encargar la susodicha tarjeta…. ¿qué? ¿a que se acaban de solucionar un montón de problemas?

No regales más cosas. Regala experiencias.

Y en esta tarjeta regalo entra la experiencia más especial: la de construir recuerdos. Los que  quiera, con quien quiera

Habla conmigo y te cuento los detalles de cómo tu clase va a ser la que haga el mejor regalo de fin de curso del cole.

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