Ya sé que soy muy pesada con este concepto, pero es que es cierto. Para mi, no hay nada que consiga el efecto de transportarte a otro momento y otro lugar que la fotografía (bueno, vale, y el video). Porque como dijo José Luis Brea, una fotografía es una película con la característica de contar con un único fotograma.

Esta semana he podido reafirmarme en mi opinión, porque esta semana he entregado a unos novios las fotos de su boda. Y he hecho con ellos el primer visionado. Y me ha encantado.

Me ha encantado ser testigo de su reacción. Han vuelto a revivir delante de mi todo su día: los preparativos, lo que sintieron, lo que aquella persona querida les susurró al oído cuando le abrazó… Se les ha vuelto a escapar alguna que otra lagrimilla de la emoción al revisitar los momentos más emotivos y a echar alguna que otra carcajada con las anécdotas de los invitados más gamberros.

Sus ojos han brillado.

Y lo que a mi más me ha enorgullecido (lo siento, no tengo abuela, así que lo tengo que contar yo) es la frase que me han soltado: “has conseguido captarnos a la perfección. Has conseguido captar el sentir del día en tus fotos”

Objetivo cumplido.

Y ellos con el recuerdo día para siempre. Para volver a revivirlo cada vez que quieran.

Así que ya sabes, si éste año te casas igual quieres volver a revivir ese día muchas veces… con mis fotos. Llámame.

P.D. Y si este año hace la Primera Comunión tu peque, ya estás tardando en cerrar fecha.