Pero qué guapa está...

pareja premama Marina de Oteo

Te voy a contar una cosa que me pasó en mi última sesión de premamá, porque no es la primera vez que me pasa… y no creo que sea la última.

Primero te voy a poner en situación: estamos en mitad de una sesión de fotos de premamá en la que también participan el papá y la hija. Ya he hecho las fotos familiares porque la peque nos dio toda su alegría según llegó. Como ya se ha cansado y no quiere hacerse más fotos, la dejamos descansar y yo aprovecho para centrarme en la mamá y su futura segunda hija que está ahí, en ese tripón tan chulo.

Entonces yo centro toda mi atención en ella. Elegimos vestuario, cambiamos el fondo y nos ponemos a trabajar las poses, el look.. Si, si, he dicho trabajar las poses, porque da igual que tú no seas modelo, no pasa nada! casi nadie que pasa por mi estudio lo es. Pero si alguien te va guiando sobre cómo colocarte, en darte pequeños tips fáciles de seguir y te va corrigiendo un poquito las posturas sobre la marcha… te digo yo que posas como la Cindy Crawford. Vamos!

Y ahí estaba yo, en plena faena. Ya tenía la luz, tenía la pose, las pequeñas correcciones y pruebas sobre la marcha… 

Espera, que vuelvo a parar. Es que a mi me pasa una cosa muy curiosa y es que me emociono. Estoy en plena vorágine y veo claramente cuando he llegado a LA foto. Cuando están quedando unas fotos espectaculares porque todo ha confluido. Y claro, como soy así, tengo que compartir mi emoción: «Genial!» , «Está quedando super bien!», «Qué bonita!», etc, etc. lo que me salga. Estoy segura que se me tiene que notar porque os veo tan guapas delante de mi, estoy visualizando cómo va a quedar esa foto cuando te la enseñe…. que no puedo hacer otra cosa más que emocionarme.

Total, que vuelvo a donde estaba… yo, en plena euforia, le digo a mi mamá «Estás guapísima, de verdad que están quedando genial!». Me vuelvo a su marido y le digo «¿A que si? Es que está guapísima» 

Y de repente le veo con una cara de enamorado que ni el 15 de febrero San Valentín y me salta «Eso mismo llevo pensando un rato». Por favorrrrrrr, es para darle la medalla al marido enamorado del año!!!! ¿Y esa mamá? que te suelten ese piropo así, tan natural, tan sincero, diciendo tanto con tan pocas palabras en mitad de una sesión de fotos… ¡Qué maravilla!!! Te puedo decir que la sonrisa de ella fue espectacular.

Estas cosas pasan en mi estudio. No fue la primera. Ni será la última.

¿Te animas a venir para vivir tu propia anécdota? 

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