Ahora que ya casi se ha terminado Mayo y ya se han celebrado un montón de Comuniones… os voy a traer una de ellas. Ya la puedo enseñar porque ya la han celebrado, así que no desvelo ningún secreto. Ni de lo guapo que iba el niño, ni de los regalos que iban a repartir entre los invitados ni las fotos que han usado para los mismo. ¡Por fin!

Además, me hace mucha ilusión, porque no es la primera vez que pasa por el estudio. Ya vino una vez cuando su hermana mayor hizo la Primera Comunión y el era un pequeñajo con una sonrisa inmensa que alegraba todo el espacio a su alrededor. Años más tarde ha venido él como protagonista y su hermana como acompañante, y me ha encantado ver su evolución: él sigue con esa sonrisa que le ilumina la cara y su hermana ya ha dejado de ser una niña y se ha convertido en una jovencita elegante y serena.

Eso sí, hay una cosa que no ha cambiado con los años: estos dos hermanos se quieren con locura. No lo pueden disimular ni lo quieren evitar. Y mucho mejor así.

Si tu peque ha hecho o va a hacer la Comunión este año, igual ya no llegas a tiempo para hacer una sesión previa a la Primera Comunión, pero no te quedes sin el gustazo de inmortalizarlo antes de que deje de ser un niño. Todavía puedes hacer una sesión de fotos en exteriores después del evento, y con la ventaja de no preocuparte si se mancha la ropa.