Aunque suele ser al terminar la sesión de fotos y más bien así… ¡Ponme mucho Photoshop! 

Como si lo necesitaras…

Y ahora que tengo tu atención… me explico. A ver si no me meto en un jardín…

Hace muy poquito le hice unas fotos a una amiga y alumna de mis clases de fotografía. Otro día te cuento con detalle la historia de esas fotos porque es chulísima y merece la pena contarla con detalle, pero a lo que voy, que me disperso. Está mal que yo lo diga, pero las fotos salieron espectaculares. Está guapísima y refleja a la perfección su personalidad. 

¿Sabes qué es lo primero que me dijo cuando las vio?:  «¿lleva Photoshop?»

La mato

Y ahora te explico yo una cosa…. Cuando nos miramos al espejo, cuando miras a otra persona, siempre estamos en movimiento porque la vida no la congelamos (para eso tenemos las fotos). La vida la experimentamos en movimiento. ¿Y qué es lo que pasa con las pequeñas imperfecciones de la piel? Pues que no las apreciamos, porque en movimiento hay detalles mínimos que pasan desapercibidos.

Ahí como fotógrafa tengo una gran dificultad, porque todos, todos, todos hasta la modelo más top del mundo mundial, tienen imperfecciones en la piel. Si, créetelo que no son perfectas. Todos, todos, todos, tenemos pequeñas imperfecciones, cambios de tonos de piel, granitos, arruguitas… pero confiesa, ¿eso te hace más fe@? Ya contesto yo por ti, por si acaso: ¡No, claro que no! Seguro que tu conoces a alguien guapisim@ en el que estás pensando y al que aplica el pensamiento «no me lo creo, si es ideal!». Pues a esa persona, también le pasa lo mismo.

¿Y cual es mi dificultad añadida? Pues que si, que yo uso photoshop para retocar las pieles, pero tiene que ser con el punto justo para que te veas tal y como te percibes en movimiento. No quiero resaltar las mínimas imperfecciones que todos tenemos. No, eso no. Lo que quiero resaltar es lo bella que eres y te percibimos el resto de la humanidad. No quiero que seas una desconocida para ti cuando te veas en tus retratos. No, eso no. Quiero que te reconozcas pero que te veas guapa. Pues eso, como eres: bella.

Así que cuando nos veamos en una sesión de fotos y me digas (porque sé que lo vas a seguir diciendo): «ponme mucho photoshop», reconoce mi sonrisa y mi respuesta… «con lo guapa que eres, no necesitas nada!»

Venga, a ver si te animas a sentirte bella conmigo.