Los míos ya son mayores

Sesion de fotos de jovenes hermanos Marina de Oteo

Esa frase la he escuchado más de una vez y más de dos. Los míos ya son mayores… Ya son demasiado mayores para hacerse una sesión de fotos… A ver cómo les convenzo…

Menos mal que no todos pensáis igual porque os perderíais imágenes maravillosas de vuestros hijos. Y es que los recuerdos no terminan cuando cumplen 10-12 años, porque tus hijos crecen, se convierten en adolescentes, en jóvenes y cada etapa es maravillosa y digna de ser recordada. Tu familia evoluciona y no tenemos porqué perdernos los recuerdos de esta nueva etapa.

Eso sí, hay que adaptarse. Porque no puede ser el mismo retrato para una niña de 11 años que para una joven de 18. Ni una sesión de Comunión que el de un adolescente que se está buscando a si mismo. Ni el recuerdo de una familia con niños pequeños que el de una familia con los hijos en plena efervescencia hormonal.

En cada etapa hay que buscar un sentimiento distinto porque cada edad y cada momento transmite cosas distintas. Nos mueve de manera diferente.

Hoy te traigo el ejemplo perfecto de todo lo que te he contado: hijos más mayorcitos, pero su madre tenía clarísimo que quería seguir teniendo recuerdos de ellos según van cumpliendo etapas. Porque no es la primera vez que les retrato, pero era otro momento vital. Más pequeños, fotos más dulces…

Pero ahora uno es un adolescente y ella ya es una joven universitaria. Transmiten otra energía. Están en otro momento de su vida y sus retratos lo tienen que reflejar.

Así que busqué una ubicación que se adaptara un poco a ellos, en exteriores, pero que nos diera juego a crear fotografías acordes a su edad. Y una vez allí… a pasar un buen rato. A sentirse por un momento como un modelo o una actriz. Porque la experiencia de ser el protagonista de una sesión de fotos, también es algo que les gusta, que lo disfrutan.

Por eso mis sesiones de fotos no tienen un tiempo establecido. Hay que fluir. Conectar con la persona o familia que quiere atesorar ese momento mágico en el que se encuentra. Detectar su energía, conectar con ella y conseguir llevar a imágenes su momento vital.

Y esta es la magia de capturar vuestro momento. Este es el “truco” de las fotografías con alma. El conectar. El sintonizar con tu energía y llevarlo a una imagen.

Te puedo asegurar que la madre de estos 2 chicos ha quedado feliz con su reportaje, porque les reconoce. Su alma está en estos retratos y cada vez que los vea volverá a recordar a sus hijos en este momento de su vida.

Si tú también quieres fotografías con alma, llámame y hacemos un poco de magia.

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