Agotada

niños Infantil fotografía Marina de Oteo

Agotaita! Así termino después de cada sesión de fotos! Como si un camión me hubiera pasado por encima y con ganas de tomarme o una cerveza bien fría o en su defecto una tableta de chocolate (ya sé que no tiene nada que ver, pero así soy yo de rara en mis elecciones dicotómicas).

Y te puedo asegurar que no tiene nada que ver con a quien le haya hecho esas fotos, que no veas lo que disfruto yo en las sesiones (y si te toca una pocholada como la que encabeza el post, ya me dirás), pero es que hay que tener en cuenta tantas cosas antes de la sesión y sobre todo durante la sesión, es tal el nivel de concentración que debo tener para que no se pase nada… que cuando termino y ya me puedo relajar, me viene de golpe todo el cansancio de la tensión acumulada.

Te cuento así un poco por encima para que te vayas haciendo una idea: no es lo mismo preparar una sesión de fotos de embarazada en estudio que una de familia en el exterior. El atrezo que voy a necesitar, las poses que voy a intentar hacer, la dinámica de la sesión… pues se parece como un huevo a una castaña, verdad? Yo soy de las que antes de comenzar a sacar fotos ya tengo en mi cabeza un guion para garantizar que vas a tener unas fotos chulísimas y variadas, y ese guion hay que pensarlo y elaborarlo, claro. Y preparar el atrezo, que según voy pensando en la sesión cada vez se me ocurren más cosas… 

Llega el día! Ya he dejado todo preparado para el momento! Ya tengo mi guion en la cabeza, el atrezo listo… y empezamos! Y aquí es cuando el nivel de concentración es máximo: preparo la pose, la estética que quiero conseguir (la tengo en mi cabeza desde el principio), coloco las luces apropiadas si estoy en el estudio o coloco a los modelos en un lugar determinado en función de la posición del sol si estoy en exteriores, mido la luz, determino velocidad, diafragma, enfoco, disparo, compruebo si todo está en orden y la estética de la fotografía es lo que estaba buscando, corrijo posturas de los modelos, ajusto parámetros, me voy adaptando a lo que vaya ocurriendo (sobre todo con niños, que cada uno necesita su dinámica particular), voy cambiando el guion de las poses, vuelvo a a ajustar todo…. y así durante todo el tiempo que dura la sesión sin bajar la guardia.

Y no te creas que estoy callada, no, no, no. Porque aparte que me gusta más hablar que  a un niño una piruleta… ¿Cómo te voy a guiar si haces de modelo si no hablo contigo? ¿Cómo se van a divertir todos mis niños que vienen a hacerse fotos si no hablo con ellos, o me río o les tomo (un poquito solo) el pelo para que ellos se rían??? ¿Cómo vamos a disfrutar de la sesión (en 1ª persona del plural, si, que yo me lo paso pipa haciendo fotos) si no interactúo contigo??? Así que todo lo que te he explicado en el párrafo anterior lo hago mientras te voy guiando durante la sesión para que tus fotos sean maravillosas.

Ahora te explicas porqué termino así, ¿verdad?

Te voy a dejar una última reflexión: mis alumnos de fotografía se suelen sorprender de todo lo que hay detrás (antes) del momento del disparo. Todo el conocimiento que hay que aplicar, las decisiones técnicas que hay que tomar para que el resultado estético sea el adecuado (el tuyo, el que tu quieres). Así que, si quieres aprender a tu aire y conmigo guiandote durante tu proceso de aprendizaje, habla conmigo.

Y después nos vamos de cañas ( o a tomar una tableta de chocolate, según nos dé)

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